Y ese factor wow todavía no lo sientes en la decoración de tu casa y es que te puede faltar un poco de color, textura o una pieza maestra que llame la atención e invite a seguir viendo la decoración.
Puede que solo tengas que comprar un par de cuadros decorativos que reflejen tu personalidad y te transmiten esa sensación wow que quieres dar. Intenta estos estilos y ¡listo!
Una sola pieza grande y central: aunque puede ser la opción más común, puede darle un protagonismo y color a tu espacio principal, se utiliza encima del sofá de la sala, en la cabecera de la cama o en una de las paredes del pasillo.
La recomendación es que si el techo es bajo busques un cuadro decorativo que sea más largo que ancho y así dará la sensación de tener más espacio hacia arriba, pero, si el techo está muy alto, busca una opción cuadrada o redonda que puedas instalar en el centro para crear equilibrio. También asegúrate de que esta pieza tenga la iluminación correcta para destacar en el espacio.
Gallery Wall o pared de galería, es la opción de usar diferentes cuadros decorativos en un mismo espacio: estás enamorado de una, dos o más cuadros. No te preocupes, puedes colgar varios de ellos en una sola pared, esta decoración es todo un trending. Haz una galería y junta todos esos cuadros que te han gustado, pero ¡cuidado! Estos deben tener, por lo menos, un elemento que los unifique. Por ejemplo: que todos sean a blanco y negro, sepia, el mismo marco, un toque de amarillo, algún tipo de tipografía o un motivo en particular (ciudad, naturaleza, figuras geométricas, rostros, etc).

¡No los cuelgues! Una tendencia que ha estado en movimiento es ubicar los cuadros decorativos sobre repisas, mesas o en el suelo. No tienen que estar colgados en la pared, solo con recostarlos le darás un toque muy interesante a tus espacios. También aplica muy bien para los espejos.
Lo más importante que debes tener en cuenta es que todos los cuadros decorativos, sin importar dónde los vayas a instalar, tienen que parecerse a ti, expresar tu personalidad y transmitirte sentimientos o recuerdos positivos cada vez que los veas.